MEDALLA DE ORO.
Con la nueva exhibición de Usain Bolt en los 100 metros lisos y las ¡22! estratosféricas e inalcanzables medallas de Michael Phelps, los medios de comunicación han empezado uno de esos estúpidos debates que tanto nos gustan, sobre quien es el mejor atleta olímpico de todos los tiempos. Como este blog se hace eco, por simpatía, afinidad y falta de ideas, de cualquier tipo de sandez que aparezca en los medios, me uno gustosamente al debate y propongo la que es para mí, y para Monk, sin ninguna duda, la mejor atleta de la historia.
Y para corroborarlo me ceñiré a un solo detalle, un detalle fundamental, un detalle inalcanzable para ningún otro atleta de ayer, de hoy o de mañana. Podrás aducir que hay otros mejores y más completos, sin ir más lejos, un negro devorador de arios llamado Jesse Owens, que consiguió que Hitler por no entregar la medalla, se fuera del estadio más rápido que la carrera que acababa de presenciar.
Y es posible que Owen o Zatopek o Beamon fueran mejores, para gustos los atletas, pero entiende que para alguien que se educó en la E.G.B su nota era la perfección..Ella fue la primera en llegar a la tierra prometida.. Ella es Nadia Comaneci. Un 10.
En estas mismas páginas he escrito de fútbol. Lo he hecho gustosamente, ya que es un deporte que me encanta, y espero seguir haciéndolo, hasta que me aburra o la vagancia del verano, disfrazada de este calor asfixiante, me atrape, pero he de reconocer que estos días cuando veo el esfuerzo, la dedicación, el amor propio, la superación y la profesionalidad de miles de atletas, muchos de ellos no profesionales, en las olimpiadas me reafirmo en la idea de que la mayoría de los futbolistas de primera división tienen una actitud directamente gilipollas. Ver el sufrimiento de deportistas que han trabajado como nunca en su puñetera vida trabajarán estos malcriados, hace que me plantee que el enorme éxito del fútbol tiene que ver con componentes cada vez más alejados del deporte. Cuando estos inconscientes hablan de humildad deberían coserse la boca con brida como castigo. Escuchar a Ander Herrera, después de perder con Honduras por 1-0 , que lo justo hubiese sido un 2-6 o un 2-7, es para que lo empaqueten en el avión y no vuelva a jugar en la selección hasta el día del juicio final. Y lo triste es que todos, o casi todos, contribuimos a ello. Yo, naturalmente el primero. Cualquiera de todos estos “tuercebotas” que se creen algo en el mundo por dar patadas a un balón estoy seguro de que si tuviesen que entrenar lo que entrenó sin ir más lejos Nadia Comaneci en el año ¡75! dejarían el deporte inmediatamente y correrían a refugiarse en brazos del mínimo esfuerzo y la máxima televisión. Con esto no quiero decir que no haya grandes profesionales en el fútbol, que los hay, pero su endiosamiento es directamente profesional a la estúpida sociedad en la que se han criado. El otro día cuando veía el grado de complicidad a la que habían llegado la pareja de chicas españolas de natación sincronizada, (mira si es triste que no sé ni sus nombres) no dejaba de preguntarme cuántas horas, cuántos días, cuántos años de dedicación habían entrenado estos dos prodigios para demostrar su valía en menos de cinco solitarios y estresantes minutos. Cinco minutos de ejercicio en el que no se admite ningún fallo excepto llorar al terminar y correrte el maquillaje, si lo has cometido. Cinco míseros minutos sin posibilidad de error, no como en el fútbol que esta semana te meten la del pulpo y a la semana que viene te puedes desquitar, echarle la culpa al entrenador, o al menos camuflarte dentro del grupo. Los chicos de la rojita, la olímpica,, o como sea que la llamen, creo que han pecado de una soberbia que entre todos les habíamos inoculado y ellos mismos se habían administrado con deleite y fruición. Ni han tenido ni la aptitud ni la actitud adecuada para ganar la competición. Y lo primero, mucho antes del rollo del tikitaka o del estilo o de los valores o de la última milonga de turno es la actitud, y este grupo, abrumado por el peso de una medalla que ya habían ganado, no la tenía. Japón se los merendó físicamente, Honduras les ganó en oficio y Marruecos les entregó la maleta mientras les cantaba aquello de “No te vayas todavía, no te vayas por favor…” pero en versión sefardí. Un ridículo que, lo siento por Milla, ya no nos podemos permitir. No se puede salir al campo como han saltado estos jugadores. Cuando hay un balón dividido normalmente no se lo lleva el más valiente, el que más mete la pierna, se lo lleva el que tiene más ganas de ganar. Y estos parecía que ya se habían colgado la medalla al cuello antes de saltar al campo. Se han dejado llevar. Se han mirado al espejo y cuando se han querido dar cuenta se les ha roto. Un gran fracaso. Un fracaso que, a pesar de que en muchos sitios se ha pasado de puntillas por él (esta página es un ejemplo) tengo la impresión, y espero equivocarme, de que ha hecho mucho más daño del que se ha dado a entender. Y todo esto se lo perdono, les perdono el bochorno y el ridículo que nos han hecho pasar, pero lo que ya no puedo perdonarles son los lloros, las quejas del árbitro, el mal perder, la melé rodeando al colegiado, los empujones y todos esos tic que yo, ingenuo de mí, pensaba que ya habíamos desterrado.. La humildad se demuestra cuando pierdes, no cuando ganas. A Milla me pareció que la derrota contra Japón le dejó muy tocado y ya no consiguió recuperarse. Creo que esta fue la clave de la competición. Japón jugó como Oliver y Benji y España se vio tan desbordada como el termómetro que tengo colgado en la ventana No se lo esperaban. No entraba dentro de sus planes y cuando quisieron hacer otros fue tarde. Por cierto, que no se me olvide. Lo más importante acabó de buscarlo en Internet ahora mismo. Las dos chicas de natación sincronizada que consiguieron la medalla de plata se llaman Ona Carbonell y Andrea Fuentes. Prometo grabarme sus nombres con fuego. Ellas si lo merecen…
Para terminar; aquí debajo, escondido, en chiquitito, entre tú y yo, te puedo asegurar después de ver este video,,que yo no soy capaz de sincronizarme de esta manera ni comnigo mismo...
Tema: MEDALLA DE ORO.
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